El miércoles 7 de junio, los residentes del Lehigh Valley y sus alrededores se despertaron con el cielo nublado y lleno de humo, y algunos reportaron que el ambiente olía a quemado. La Dra. Jennifer Logan, MD, neumóloga pediátrica del Lehigh Valley Reilly Children's Hospital, contesta las preguntas más frecuentes sobre este fenómeno.
Como dice el refrán, "donde hay humo, hay fuego". El humo que estamos viendo y oliendo es el resultado de cientos de incendios forestales en la región del centro de Canadá. El humo contiene contaminantes, y eso está causando que la calidad del aire sea mala en gran parte del noreste de Estados Unidos. Además, puede representar riesgos para la salud de algunas personas que tienen ciertas condiciones médicas.
Quienes tienen mayor probabilidad de verse afectados son las poblaciones vulnerables, que incluyen niños y ancianos, y las personas con enfermedades respiratorias o cardiorrespiratorias crónicas, como por ejemplo, asma, fibrosis quística, displasia broncopulmonar, EPOC, enfisema y enfermedades pulmonares intersticiales.
Las partículas diminutas y los contaminantes en el aire pueden causar problemas a corto plazo en las personas con enfermedades preexistentes; por ejemplo, un paciente asmático podría tener un episodio fuerte de asma. Como se espera que la calidad del aire mejore con bastante rapidez, no es probable que haya repercusiones de alud a largo plazo.
Número uno, y especialmente si estás en alto riesgo, limita el tiempo que pasas al aire libre y no hagas ejercicio afuera hasta que la calidad del aire mejore. También recomiendo mantener las ventanas cerradas y asegurar que los filtros de aire de la casa estén limpios. Si puedes oler el humo, es probable que también lo estés respirando.
Si tienes que estar al aire libre, mantente alerta a los mensajes de tu cuerpo. Si notas síntomas, como dificultad para respirar, tos o ardor en los ojos, detén lo que estás haciendo y vete adentro.
Se puede utilizar una mascarilla N95 para ayudar a filtrar las partículas presentes en el humo; sin embargo, las N95 no les quedan bien a la mayoría de los niños y no deben utilizarse si el ajuste no es el adecuado. Los otros tipos de mascarillas no van a proteger tanto, y de hecho, pueden atrapar y acumular partículas.
Si tú o uno de tus hijos padecen de asma, recomiendo que sigas el plan de acción establecido por tu neumólogo o pediatra. Esto puede incluir el uso de un inhalador de rescate, como el albuterol, para ayudar a aliviar los síntomas. Asegúrate de siempre usar un dispositivo espaciador con el inhalador si así te lo indicó tu médico.
Si tú o alguien que conoces no está respirando bien o no puede dejar de toser, comunícate con un médico. Si tú estás teniendo dificultad para respirar, acude a la sala de emergencias o clínica ExpressCARE más cercana.
Sí. Cuando hacemos ejercicio, respiramos más rápido y más profundo, y por lo tanto inhalamos una cantidad mayor de partículas. Como la calidad del aire es mala, recomiendo no hacer ejercicio al aire libre para no desencadenar síntomas respiratorios.